La aureola sobre la cabeza y la vestimenta de comandante romano son los de un santo guerrero mártir, no identificado. La técnica del escultor se pone de manifiesto en la convincente resolución de la anatomía, y el vigor y la fuerza de la musculatura, que transmiten decisión y una energía verosímiles. La imagen se atribuye a Andreu Sala, uno de los mejores escultores catalanes de la segunda mitad del siglo XVII.